jueves, 19 de junio de 2008

LOS HIJOS NO TIENEN PROPIETARIOS, TIENEN PADRES

Sobre el artículo de Luisa Castro “Los hijos como propiedad” publicado en “El País” (11-06-08), he de decir que, también soy madre separada con una hija y me considero parte de una realidad cada día mas frecuente. Pienso que lo natural es que los hijos sigan teniendo padre y madre y que privarlos de alguno de ellos, no es beneficioso para los menores. Europa ya se ha dado cuenta y tienen legislación mas avanzada. Llevarlos a un domicilio lejano, como si fueran propiedad de quien tiene la custodia, les priva de su derecho de tener padre y madre, abuelos, primos, tíos.. solo, porque uno de sus progenitores, ha decidido utilizarlos para hacer daño a su ex. Dices en tu carta que “El derecho del menor hasta hoy aconseja que los niños de corta edad crezcan en contacto con su madre”. El articulo 159 de la Ley de Divorcio de 1.981, que decía que en caso de separación y a falta de acuerdo de los padres, los hijos e hijas menores de siete años quedasen al cuidado de la madre, salvo que el Juez,…, fue derogado a la entrada en vigor de la Ley 11/1990, de 15 de octubre, sobre reforma del Código Civil, pues era inconstitucional por discriminatorio. De esto hace ya 18 años. Los hijos que mantienen la custodia compartida, tras el divorcio, no son mercancía, porque no tiene precio su educación y no son rehenes del uso de la vivienda conyugal. Que los jueces mantengan la corresponsabilidad, incluida la económica, para el padre y la madre después del divorcio, es continuar con las que ya tenían mientras estaban casados. Los hijos necesitan a los dos y las personas que vivimos eso, vemos la vida de otro modo, porque no gastamos nuestro dinero en abogados y procuradores, en una lucha que dura años, vivimos de nuestro trabajo y no pendientes de la pensión que nos pasan, tenemos tiempo para disfrutar de nuestros hijos y no vivimos en un constante odio hacia el nuestros ex. Compartir nuestras responsabilidades como padres, nos permite tener tiempo para nosotros y nuestra nueva forma de vida y, sobre todo, porque nuestros hijos crecen sabiendo que tienen padre y madre de forma plena. Me alegro mucho de haberme dado cuenta de esto, hace mucho tiempo, exactamente los 8 años que mi hija disfruta de la custodia de su padre y de su madre. Nos hemos divorciado pero la familia sigue. Quizá si hubiera más mediación familiar obligatoria, custodia compartida por norma y mas información, conocerías otra sociedad sobre la que hablar. MARISA CUADRADO

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