Sólo en el primer trimestre de 2008 se han cerrado 468 divorcios sin consenso, frente a los 455 con acuerdo, según la estadística del Consejo General del Poder Judicial.
En el momento en que surjan diferencias la madre tiene todas las de ganar y si el padre insiste en compartir la custodia le tocará recurrir a la vía judicial. La segunda opción es bastante más cara. Cuando el divorcio se cierra de mutuo acuerdo hay que pagar los servicios del abogado, que suelen rondar los 1.400 euros. Si los progenitores no llegan a un pacto, hay que recurrir al Contencioso y el importe supera los 5.000 euros.«El padre tiene que demostrar su valía y a la madre se le presupone», se lamenta Pedro González, miembro de la Asociación para la Protección Integral de la Familia (Apif). En su caso lleva cuatro años luchando por conseguir este derecho.«En España se liga la custodia a lo económico y ahí está el problema. Hay que gente que se aprovecha de eso», recalca Adriano Moguel, otro padre separado, integrante de Apif. Para ambos «si el modelo preferente que impusieran los jueces fuera la custodia compartida el problema económico se desligaría del proceso».La guerra de los tribunales es cara y en raras ocasiones el fallo es a favor de los progenitores masculinos. «No conozco ningún caso en Cádiz», insiste Adriano. Según su experiencia, desde que se presenta el recurso de apelación hasta que se fija una fecha pueden pasar entre tres y cuatro meses, uno más para la sentencia. Si es desfavorable hay que acudir a la Audiencia Provincia, la espera es de un año para tener respuesta tras volver a recurrir. Si el fallo vuelve a ser desfavorable, el siguiente escalón es el Tribunal Constitucional, «pero con el retraso que lleva la justicia en España es raro que este tipo de casos lleguen a este nivel», reconoce Moguel.
Aún así, los propios letrados insisten que las parejas piden cada vez más la custodia compartida. «El porcentaje aún es pequeño, pero año tras año aumenta», asegura Esteban Gómez Paullada, abogado matrimonialista que tiene bufete en Cádiz. Tras años de experiencia, el letrado insiste en que en la justicia andaluza es aún muy tradicional y «cuesta trabajo avanzar en estos asuntos». En su opinión, «todo obedece a un problema de cultura y de educación que tendrán que evolucionar».
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