martes, 9 de diciembre de 2008

Igualdad ante la Custodia Compartida

PEDRO GONZÁLEZ CÁNOVAS He oído, y comparto, que el desarrollo de una excesiva tutela de las leyes sobre la vida de las mujeres resulta al menos preocupante, ya que se puede considerar que esto acaba por redundar en una actitud proteccionista que vuelve a considerarlas incapaces de ejercer una plena autonomía. En cuanto a la Ley Contra la Violencia de Género, son muchas las voces que consideran que se omiten hechos tan importantes como: la estructura familiar, núcleo de privacidad escasamente permeable que amortigua o genera todo tipo de tensiones; el papel de la educación religiosa y su mensaje de matrimonio-sacramento; el concepto del amor por el que todo se sacrifica; las escasas habilidades para la resolución de los conflictos; status laboral; el alcoholismo; las toxicomanías...
Por otro lado, en la tan debatida Ley de Divorcio: no se plantea solución al impago de pensiones. Mientras tanto, algunas voces, dicen mostrar "desconfianza ante la mediación familiar, por considerar que la mediación sólo se puede dar entre iguales y las mujeres siempre están en inferioridad?". Pero, sin embargo, algunos nos manifestamos abiertamente reclamando una Ley de Custodia Compartida de los hijos e hijas menores de edad. Contra ella se ha alegado que "privar a las mujeres de la exclusividad en la custodia equivale a privarlas del derecho al uso del domicilio conyugal y a la pensión de alimentos" volviendo a introducir en su argumentario la imagen preconcebida por una educación machista donde sólo se considera a la mujer débil ante el hombre e incluso "incapaz" de ser autosuficiente. Cuando la realidad es que "la custodia exclusiva de hijos e hijas dificulta a la mujer para rehacer su vida o mantener su actividad laboral, adquirir formación, encontrar trabajo, etc. eximiendo de responsabilidad a la otra parte y provocando un compromiso exclusivo en cuanto a cuidado y educación.
Para cada vez más personas, existe el feminismo basado en valores sociales, donde se entiende la justicia social como igualdad social, y donde no se enmascaran unas ansias de revancha y un exclusivo afán de darle la vuelta a esta sociedad "poniendo lo de abajo arriba y lo de arriba abajo". La Custodia Compartida debe entenderse como un derecho fundamental de los niños y niñas menores de edad, simplemente, a ser cuidados, educados y custodiados por ambos progenitores o tutores.
Y como un deber y responsabilidad ineludible de los tutores. Desde estas líneas, quiero alzar la voz para llamar la atención contra una política de engaños y con fondo denigrante para la mujer, donde se permite que el mensaje subliminal siga siendo el de siempre, de forma que nos falta oír la discrepancia reivindicativa que exija igualdad real, para dejar de pensar que las instituciones encargadas de encaminar esta sociedad hacia la igualdad de género pecan, de forma no casual, de servil colaboracionismo con la cultura machista que se nos impuso antaño, o la perpetúan dándole "la vuelta a la tortilla" y creando esa discriminación positiva que alimenta sólo desigualdad.

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