lunes, 5 de enero de 2009

Cuatro años sin ver a su hija

Lleva cuatro años sin ver a su hija y está dispuesto a todo para volver a disfrutar de su compañía, incluso a iniciar una huelga de hambre. Raimundo Almeida está separado y asegura que su ex pareja le impide estar con su niña. Dice que no existen motivos legales que justifiquen el incumplimiento del régimen de visitas. Sus reivindicaciones hasta ahora han sido estériles.

La historia de Raimundo Almeida Afonso no es sólo la de un padre que lleva cuatro años sin ver a su hija. Detrás de su peripecia subyace la de centenares de progenitores divorciados que tampoco pueden estar con su prole. "Mi caso es el de muchos padres que están en la misma situación, porque no existen protocolos efectivos de actuación para evitar que manipulen a nuestros hijos", asegura Almeida, que es miembro de la asociación de padres y madres separados.
Su hija cumplió 11 años el pasado 27 de julio, pero ni Raimundo Almeida ni su familia pudieron verla ese día. Así están las cosas desde hace cuatro años, que fue cuando el padre abandonó La Aldea y se instaló en la capital grancanaria. Hasta entonces todos vivían en el municipio aldeano, primero como matrimonio y luego separados, pero a los pocos años del divorcio empezaron los problemas.Entonces el padre cayó en una depresión y se marchó a la capital. Ahora se encuentra con fuerzas para pelear por el derecho a estar con su hija. "Estoy dispuesto a ponerme en huelga de hambre y luchar hasta el final para poder verla", confiesa Raimundo. Según él, su ex mujer incumple el régimen de visitas impuesto por el juez, "porque dice que la niña no quiere estar con nosotros", añade.Ante esta situación, Almeida ha recurrido en varias ocasiones a la Dirección General del Menor del Gobierno de Canarias, a los fiscales y a los juzgados, "pero no hay nada que hacer", explica el progenitor, "porque me dicen que si la pequeña no quiere estar conmigo hay que respetarlo".Pero Raimundo no está dispuesto a resignarse.
En los últimos meses ha presentado tres denuncias por malos tratos psicológicos contra su ex esposa, e incluso ha solicitado la custodia de la niña, porque "su madre no la deja ver a nadie y vive recluida". Sin embargo, todas esas denuncias han sido archivadas, la última de ellas el pasado 25 de julio, pues los informes presentados certifican el buen estado de la pequeña. Algo que no comparte su padre.Raimundo sostiene que su hija no está creciendo en un entorno familiar sano, porque "es manipulada para declarar contra mí en los juicios, está desarrollando odio hacia su familia y no mantiene lazos afectivos con nadie", afirma Almeida. También lamenta que tampoco pueda relacionarse con sus abuelos y tíos, que viven en La Aldea y comparten hasta el garaje, según apunta su padre.La última vez que vio a la niña fue en el colegio, "pero se escondió de mí y eso es muy duro de asimilar", subraya Raimundo, quien pide a todos los padres que "no se callen y luchen por sus hijos para protegerlos de la manipulación".
A su juicio, el colectivo masculino de afectados por las separaciones carece de la fuerza y del apoyo necesarios para cambiar la situación actual, que casi siempre favorece a las mujeres cuando hay conflictos de esta índole. De ahí que reclame una aplicación generalizada de la custodia compartida, siempre y cuando el caso concreto sea susceptible de esa figura."Llevo cuatro años intentando recuperar a mi hija y no he conseguido nada, porque los mecanismos que ofrece el sistema no sirven para nada", concluye.

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