La Ley Integral contra la Violencia de Género 1/2004 de 28 de diciembre deja desprotegidos, a tenor de los casos que ingresan en los juzgados, a cerca de una cuarta parte de las víctimas. Cuando llevamos más de cuatro años desde que comenzara a aplicarse, la ley parece no haber cumplido con los objetivos para la que fue legislada. Y ésta es la opinión de muchos de los profesionales que cada día, desde sus respectivos ámbitos profesionales, luchan contra esta lacra de nuestra sociedad.
Jueces y magistrados, fiscales y abogados, pero también los miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que integran los distintos grupos especializados que se han creado para la protección integral de las víctimas. Y sin embargo, quienes hasta ahora se han mostrado críticos con esta ley y lo hacen público, suelen ser objeto de críticas mucho más duras o directamente se les abre un expediente, según sea el caso. Objetiva y desgraciadamente, el número de las mujeres muertas cada año por la violencia no ha disminuido respecto a los años precedentes a la entrada en vigor de la ley, pero además, la violencia de mujeres contra hombres en el ámbito familiar ha ido aumentando durante los últimos años, tal y como queda reflejado en en el citado informe del CGPJ, donde la violencia doméstica que padecen los hombres experimentó el año pasado un aumento del 9,5 por ciento respecto a 2007.
La ley también ha traído otro mal, "la interposición de denuncias falsas de mujeres contra hombres que generan una terrible desigualdad e injusticia jurídica". Llevar a cabo la defensa jurídica de un hombre que ha sido objeto de la violencia doméstica, por lo general maltrato psicológico aunque también se dan casos de violencia física, supone una actividad legal de máxima complejidad jurídica que requiere una atención específica. En Madrid, el bufete de abogados Patón & Asociados, se ha erigido como el primer despacho de España especializado en la defensa jurídica de hombres maltratados. Según su directora y fundadora del despacho, Mercedes Patón, "las denuncias falsas son uno de los maltratos que habitualmente más padecen por los hombres". Patón señala que "la impunidad que tienen las mujeres ante las denuncias falsas que presentan es casi absoluta, y precisamente por esa impunidad, son cada día más numerosas".
A pesar de que el Ministerio de Igualdad ha ofrecido estadísticas en las que las denuncias falsas sólo representan un pequeño porcentaje de los asuntos ingresados en los juzgados de Violencia de Género, lo cierto es que esos mismos datos sólo reflejan aquellas denuncias falsas que se han podido acreditar, y esto no ocurre por lo general en el mismo proceso en el que se juzga al hombre como supuesto autor de un delito de maltrato contra su pareja sentimental. El hombre, víctima en este caso de una denuncia falsa, debe denunciar a su pareja sentimental por haberle acusado de unos hechos falsos. Muchos desisten y prefieren olvidar el asunto, por lo que no constará como denuncia falsa.
Existe una ideología de enorme influencia social que pretende ocultar que junto a los maltratos padecidos por algunas mujeres existen situaciones idénticas en que son hombres quienes sufren los malos tratos a manos de sus compañeras sentimentales. Esta desigualdad, amparada por la legislación vigente, no sólo protege a las maltratadoras contra sus parejas, sino que además les proporciona la posibilidad de interponer con absoluta impunidad denuncias falsas que conducen al hombre a un angustioso procedimiento judicial y a un aislamiento social difícil de superar, independientemente de ser condenado o no. Esta es la opinión de Mercedes Patón, quien lleva más de 30 años en el ejercicio de la abogacía. Hasta su bufete, el primero de España que se ha especializado en la defensa de maltratados, llegan cientos de casos de hombres que deciden dar un paso al frente para plantar cara a esta lacra social que, no tiene sexo porque tanto mujeres como hombres pueden ser víctimas de los abusos de sus parejas. En muchos de los casos, el hombre debe superar también sus miedos porque, en una sociedad como la española, este tipo de víctimas suelen ser objeto de escarnio o mofa. La ley ha traído a este despacho de abogados casos como el de un joven de veintipocos años que, teniendo una relación de noviazgo con una chica; con planes de futuro para consolidar esta relación, se ha visto ahora en la calle después de que su pareja pusiera una denuncia falsa de malos tratos contra él. Este caso particular se inicia cuando la pareja decide comprar un piso y, para ello, contratan con un banco la hipoteca que pagarán a la mitad, según acordaron. Tres semanas después de que firmaran los papeles del banco, ella lo denunció por supuestos malos tratos y ahora él se encuentra con una orden cautelar que le prohibe acercarse a ella a menos de 500 metros. Se da la circunstancia de que los padres de este chico viven a menos 200 metros del piso que compró la pareja, por lo que el joven está pagando ahora el 50% de la hipoteca que firmó pero sin poder acceder a esa casa ni a la de sus padres, al menos hasta que no logre demostrar que su novia puso una denuncia falsa porque lo que parece que siempre había pretendido era tener un piso en propiedad a la mitad de su precio, señalan desde este bufete.
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