lunes, 28 de septiembre de 2009

Hijos a tiempo parcial

Juan se separó de su mujer en 2007. Compró un piso en el mismo inmueble donde vivía con su ex esposa y, a pesar de que trabaja menos horas que ella, no consiguió la custodia compartida de sus dos hijos, que ahora tienen 8 y 10 años. Según le explicó el equipo de psicólogos que llevó su caso, «si no hay acuerdo, nunca recomendamos al juez la custodia compartida», algo que su ex mujer se negó a pedir. «Mi abogado me recomendó que no lo intentara, que era imposible que me la dieran, pero yo le convencí, y ya ves para qué me sirvió...». Ahora, sus hijos pasan tiempo con una cuidadora, mientras él está en casa solo. Pertenece a una asociación de padres divorciados, 'La Terraza', y este verano ha recorrido numerosos pueblos y ciudades cercanas a Bilbao vestido de Papá Noel, con el lema: 'Papá noes'. «Sólo quiero disfrutar de mis hijos, pasar tiempo con ellos. En definitiva, no salir de sus vidas», sentencia.

En 2005, se aprobó en España la Ley del Divorcio. Nacía para introducir en nuestro país la custodia compartida, siempre que hubiera acuerdo entre los progenitores, y para frenar las separaciones contenciosas. Cuatro años después, las primeras no han acabado de asentarse y la conflictividad en los divorcios ha disminuido en España algo más del 1%, al pasar del 42,2% al 40,9%, aunque en Euskadi ha aumentado un 0,8%.
A la hora de decidir con quién vivirán los hijos, el juez debe hacer caso al informe de la Fiscalía, que lo redacta asesorado por el equipo de psicólogos que lleva cada caso. Algo que, según María Pérez Yarza, abogada matrimonialista, «es ridículo, porque lo que diga el fiscal no debería ser vinculante. La última palabra la tiene siempre el juez, pero aquí parece que no puede pronunciarse».
En el caso de que no exista dicho pacto, la custodia suele recaer en la madre, tradicionalmente más desfavorecida, y que por lo tanto se queda con la casa y con una pensión que el padre debe pasar al mes hasta que los hijos sean independientes económicamente. Desde la aprobación de la ley, se ha concedido la guardia compartida en un 9,6% de los divorcios, pero en muy pocos casos sin previo acuerdo entre los progenitores.
En el País Vasco, ese porcentaje es algo menor, un 8,2%. En 2007 se otorgaron en Euskadi 200 medidas de este tipo, y se calcula que en 2008, año en que los divorcios cayeron un 8,2% por la crisis económica, las cifras fueron parecidas porcentualmente, siempre y cuando existiera acuerdo de los padres. Prácticamente en el resto de las sentencias, en el 88%, la potestad de los niños fue adjudicada a la madre.
Un difícil equilibrio .- El mismo año en que se puso en marcha la Ley del Divorcio, en 2005, también entró en vigor la normativa contra la violencia de género. Desde entonces, alrededor de 340 mujeres han muerto en manos de sus parejas, y 150 hombres «en similares circunstancias», entre ellos, menores. Según Justo Sáenz, el presidente de la Confederación Española de Padres y Madres Separados, el 62% de las denuncias por malos tratos de España son de absolución, o los casos quedan sobreseídos, porque «muchas mujeres denuncian falsamente a sus parejas para conseguir ventajas en el divorcio».
«Si alguno de los padres está en un proceso penal, no se va a dar la custodia compartida», apunta la abogada Pérez Yarza. También se han dado casos de padres que han pedido la custodia compartida para conseguir ventajas en el reparto de los bienes. Sin embargo, cuando descubren las 'pegas' de atender a sus hijos, se echan para atrás.
Se trata, en cualquier caso, de un difícil equilibrio, donde tanto los defensores como los detractores de las custodias compartidas ponen el bienestar de los hijos por encima de cualquier interés propio; a veces, sin embargo, es difícil vislumbrar las intenciones de cada progenitor. Los primeros casos en los que el juez ha decidido conceder esta medida a los dos padres sin previo acuerdo se han dado en Cataluña, donde rige un código de familia único en España (en el resto del territorio funciona el Código Civil), que tiene potestad para cambiar la ley. Es más, este verano, la Audiencia de Barcelona concedió la custodia compartida a unos progenitores que ni siquiera la habían pedido. Ahora, los hijos de ese matrimonio roto vivirán cada semana con uno de sus padres.
Actualmente, en Cataluña se está modificando el reglamento para implantar este aspecto obligatoriamente, y no sólo en caso de acuerdo o «excepcionalmente», como rige la ley de 2005. En Valencia, el conseller de Gobernación, Serafín Castellano, ha declarado, tras reunirse con la asociación 'Custodia Compartida Ya', que su Gobierno ultimará para final de año una nueva ley que separará esta medida legal «del acuerdo de los progenitores». Sin embargo, el Gobierno valenciano no tiene capacidad, como Cataluña, para redactar ese reglamento, y deberá esperar a que sea el Gobierno central el que acometa la tramitación normativa.
Menores «manipulados» .-Las numerosas asociaciones de padres y madres divorciados de España tienen como referencia la ley francesa del divorcio de 2003, impulsada por la socialista Sègolene Royal, que introduce la custodia compartida como norma, la liquidación inmediata de los bienes del matrimonio y la mediación familiar obligatoriamente, algo que en España es voluntario, y sólo se lleva a cabo si los dos ex cónyuges están de acuerdo. Los padres tienen la obligación de fijar sus nuevas residencias en el mismo distrito escolar, y en caso de que uno de los dos lo abandonaser, perdería en principio la custodia. De esta forma, los divorcios en el país galo se resuelven de forma consensuada y no dejan en un estado precario económica y emocionalmente a uno de los progenitores. En Suecia, asimismo, las sentencias de custodia compartida superan el 90% de los casos.
En España, se barajan varias opciones a la hora de conceder la custodia a los dos padres. Por una parte, abrir una cuenta común para los gastos de los hijos, o que sean los progenitores y no los niños los que cambien de casa. Sin embargo, estas soluciones no agradan a todo el mundo. De lo que no tienen duda diversos equipos de psicólogos es de que los hijos no deben perder el contacto con su padre para que no se produzca, así, el síndrome de alineación parental. «En el País Vasco, alrededor de 1.800 menores se ven envueltos en procesos de separación cada año. De estos, se calcula que 1.400 acuden a puntos de encuentro familiares para poder encontrarse con su otro progenitor. De este grupo, 420 chavales, es decir, el 30%, pueden estar sufriendo un maltrato psicológico habitual más o menos severo. Una manipulación para hacer desaparecer de su vida al otro progenitor», concluye Justo Sáenz.

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