jueves, 12 de noviembre de 2009

Un avilesino emprende otro pleito por la custodia de su hija,

El avilesino Rodrigo Gutiérrez proseguirá esta mañana en los juzgados de Fuerteventura la batalla que mantiene con su ex esposa por la custodia de la hija común de ambos desde hace dos años. En esta ocasión, el padre aspira a que se enmiende la sentencia emitida el pasado mes de enero por la Audiencia Provincial de Oviedo que le impide traerse a su hija, residente junto a su madre en la isla canaria, hasta Asturias una vez al mes.
El actual régimen de visitas sólo le permite traerse a la niña a Avilés durante las vacaciones de verano, Semana Santa y Navidad, pues el juez estimó que los traslados mensuales en avión para permanecer en la ciudad con su familia paterna no eran convenientes. De ahí que hasta ahora tenga que ser él quien permanezca siete días al mes en un hotel de Fuerteventura para poder ver a su hija.
«La Audiencia Provincial dictaminó esa sentencia sin contar con el examen médico psicosocial encargado de comprobar los riesgos que tendría para mi hija el tener que desplazarse en avión hasta Asturias», alega Gutiérrez, quien confía en que el tribunal canario resuelva ahora en su favor, aunque «allí carecen de un equipo psicosocial» para emitir un informe en ese sentido.
La situación actual, comenta el padre, le ha convertido «en un mero padre visitador, sin capacidad para tomar decisiones sobre mi hija y que vive apartado de ella». Gutiérrez se siente víctima de «una sociedad machista, en la que una mala aplicación de la ley de igualdad entre hombres y mujeres hace que se den casos como el mío».
Gutiérrez tiene ahora sus esperanzas puestas en la acción de los tribunales. «Confío ciegamente en la justicia, y por ello acato y cumplo la sentencia, pero afortunadamente ya se están dando multitud de sentencias en España en las que la justicia se va modernizando en la misma medida que la sociedad».
Así, añade, «los jueces están otorgando la custodia al padre, ya que se están dando cuenta de que estamos igualmente capacitados para educar a los hijos, y evitan así que las madres consideren a los hijos un patrimonio del que poder sacar provecho».
Gutiérrez, no obstante, aboga por «la custodia compartida» como la fórmula para «evitar muchos de los problemas que se dan cuando una pareja se separa» y los niños quedan «bajo la custodia de uno de los progenitores». «Con el tiempo sería el propio hijo el que decidiera con quién se siente más a gusto y con quién quiere estar, evitando así la manipulación y el chantaje emocional, así como las denuncias falsas», añadió.
Ahora, si la justicia canaria sigue sin estimar su postura, ya se plantea «hacer la maleta e ir a vivir a Fuerteventura con tal de estar» cerca de su hija.