«Zapatero nos está distrayendo con reformas sociales que no nos cuestan dinero, cuando debería dotar presupuestariamente la ley contra la violencia machista», declaró ayer en Avilés Lidia Falcón (Madrid, 1935), toda la vida en la lucha por la igualdad de los hombres y las mujeres. Las reformas que, según Falcón, distraen son «el matrimonio homosexual y la laicidad».
La abogada madrileña, vinculada a todos los movimientos revolucionarios del tardofranquismo y de la transición, fundó el Partido Feminista y ayer participó en el curso que sobre la escritora francesa Simone de Beauvoir -autora de «El segundo sexo»- se está desarrollando esta semana en el Centro de Servicios Universitarios de Avilés. «Me he dejado trozos de piel en el camino», señaló recordando sus años de acción.
Falcón, cuando tuvo que dar un diagnóstico de la situación de la mujer en España, se expresó con una claridad meridiana: «Se han hecho cosas, claro que se han hecho cosas. Está bien que haya ministras, leyes de igualdad, cuotas de representatividad... pero parece que es todo superficial. Que haya una ministra de Defensa no significa que se haya avanzado todo lo que es preciso; sobre todo, si hablamos desde el punto de vista de la protección policial y judicial todavía hay camino. El ministerio de Igualdad apenas tiene dotación económica...», explicó la abogada. El discurso reivindicativo de Falcón se extendió, precisamente, hacia el aspecto económico. «Parece que las políticas de igualdad se quedan en el aborto, en la representatividad; pero también comemos y no podemos permitir que dos millones de viudas cobren sólo el 51 por ciento del sueldo declarado de sus maridos», dijo la escritora.
Lidia Falcón se lanzó, en la misma línea, contra las asociaciones de divorciados. «El enemigo está ahí y se ha organizado. Las asociaciones de divorciados son de maltratadores, algunos de sus miembros han perdido la patria potestad y buscan maltratar y que no les pase nada», aseguró. En este sentido denunció la reforma del Código Civil de Cataluña porque, dijo la abogada, «incluye reivindicaciones de estos tipos». Entre esas reivindicaciones, Falcón destacó la pérdida del reconocimiento del trabajo doméstico, «cosa por la que luchamos tanto hace tanto tiempo», se indignó. «Y es que los legisladores catalanes consideran que ya todos somos iguales y, en consecuencia, no se puede primar esta labor».
A todo esto, la abogada declaró que no le entusiasma Simone de Beauvoir. «Me interesa su labor como escritora, no así como teórica». Y es que la idea que defendía la Beauvoir («La mujer no nace, se hace») está fuera de la realidad. «Si no naciéramos mujeres, no nos pasaría lo que nos pasa», razonó. Falcón aprovechó para reprochar «cierto papanatismo» entre el feminismo español, que ha elevado a los altares a la francesa, en detrimento, de, como dijo Falcón, «nuestras fundadoras», es decir, Concepción Arenal, Margarita Nelken y, «sobre todo, Clara Campoamor».
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