lunes, 27 de octubre de 2008

"Llevo 55 días sin ver a mi hija"

Muchas personas siguen pensando que los niños son de las madres. ¿Pero acaso ese planteamiento no es sexista? Cientos de padres sufren la pérdida de los hijos como un clavo ardiente en el corazón. Y no tienen el calor humano de la sociedad. ¿Qué piensa una niña de dos años que no ve a su padre desde hace 55 días? Javier Crespo se lo pregunta todos los días, aunque pronto aparta esa cuestión de su mente porque las respuestas duelen demasiado. Su todavía esposa ha cortado el contacto con él desde el 1 de septiembre. "Sólo sé de mi hija a través de los abogados. No puedo hablar con la niña ni por teléfono. Mi mujer se ha olvidado que no es sólo su hija, se ha olvidado que yo también soy padre". Un padre que quiere la custodia compartida de su hija, o la custodia, para poder educar y criar a la pequeña que vio nacer hace dos años. "Por motivos de trabajo he viajado a más de cuarenta países y he visto cosas muy bonitas, pero nada es más hermoso en este mundo que nuestra hija. Ella es superior a todo. La adoro".
Crespo y su esposa se casaron en abril de 2005 tras cinco años de noviazgo y convivencia. Sabían qué era vivir juntos, pero "todo cambió" con la llegada del bebé. Y en febrero de este año decidieron divorciarse. Compartieron domicilio hasta el 5 de junio, cuando Crespo volvió de un viaje y se encontró la casa vacía. Ese mes vio a su hija durante dos fines de semana, pero el verano "fue genial". Dos quincenas para la madre, otras dos para el padre. "Luego llegó septiembre, y ya no la he vuelto a ver. Desde el 17 de ese mes ni siquiera puedo hablar con ella por teléfono". Ha perdido ocho kilos, tiene anemia y le cuesta conciliar el sueño. "Por suerte, tengo el apoyo de mi familia y de mis amigos, que no dejan que me derrumbe. Caer en una depresión sería muy fácil". También cuenta con su abogada: "Me recuerda que no entre en provocaciones y que mantenga la cabeza fría". ¿Hasta dónde puede llegar una mujer para conseguir la custodia de los hijos? Algunas, probablemente, hasta muy lejos. "El 1 de octubre tuvimos el juicio y la fiscal reprendió fuertemente a mi mujer por su actitud. No obstante, el Ministerio Público solicitó la custodia para ella. No lo entiendo. Siento que estoy viviendo en mis carnes la desigualdad de género. Si eres hombre, cuando entras en la sala de vistas ya sabes cuál será la sentencia: los niños para la mujer, y con ellos se van la casa y llega la pensión alimenticia".
La vivienda familiar, en el barrio de Miribilla de Bilbao, está a su nombre y él se ha hecho cargo de la hipoteca. Después de la boda abrieron un comercio, que forma parte de la sociedad de bienes gananciales, donde trabaja la mujer. "Le propuse que yo siguiera con el piso y que ella se quedara con el negocio". Con la parte de ella y la de él. Pero dada la situación, cree que la sentencia dictaminará que "ella se quede con la casa hasta que la niña se independice, vivienda que yo tendré que seguir pagando, además de pasarle una pensión alimenticia". Y, por supuesto, la custodia de la niña. "No, no es justo. Y cada vez es una situación más común. Debería reformarse la Ley del Divorcio para que la custodia compartida viniera por defecto en los casos de divorcio de mutuo acuerdo, como ya sucede en muchos países de la Unión Europea, Estados Unidos, Brasil y Perú".
hijos, para toda la vida "Hay que tener claro que vamos a ser su madre y su padre el resto de nuestras vidas. Por lo tanto, nuestra prioridad debe ser la niña. Deberíamos ser capaces de reconducir la situación. Necesitamos diálogo y un mínimo de entendimiento. Y es imprescindible pactar unas pautas mínimas de educación que se desarrollen en los dos hogares". Ese es el divorcio que le gustaría a Crespo. ¿Pero podría perdonar a su ex pareja por estos casi dos meses de vacío? "Si ahora mismo estuviera dispuesta a reconducir la situación no le guardaría rencor. Le repito que mi prioridad es mi hija". Con quien se muestra resentido es con los abuelos maternos, a cuyo hogar se fueron a vivir la mujer y la cría. "Alguien debería decirle a mi esposa que lo que está haciendo no es justo ni para mí, ni para la niña". Por este motivo mandó una carta al padre de su ex pareja (al parecer, el abogado de ella ha recomendado a su entorno que no se comuniquen con él). En la misiva le explica que la relación sentimental "se basó siempre en el respeto mutuo, pero que tras el nacimiento de la niña no nos dimos todo lo que esperábamos como pareja y decidimos divorciarnos. Ella de mí y yo de ella. Pero nuestra hija no se está divorciando de nosotros. Sí, a él se lo echo en cara. Alguien debería decirle a su hija: Eh, esto así no se puede hacer". Crespo considera que la actitud de la madre no sólo perjudica a la niña y a él, también "vulnera los derechos de la abuela paterna, de los tíos y hasta de los niños de mi cuadrilla, porque todos quieren ver a la pequeña y jugar con ella".
"Cuando te divorcias entras en una maraña emocional y judicial", advierte, de la que es difícil desenvolverse y en la que entran en juego las estrategias de los letrados. "Es desagradable tener noticias sólo a través de un abogado. No puedo llamarla, ni siquiera puedo hablar con los abuelos maternos para preguntar si está bien y qué ha cenado", lamenta. En la casa de los suegros han restringido las llamadas telefónicas y a partir del 1 de septiembre, la madre dejó de llevar a la niña a la guardería para evitar que su padre la vea, al menos desde lejos, en el jardín de infancia. "en el sector" Javier Crespo tiene la sensación de que ha entrado "en el sector". Un colectivo "heterogéneo y poco organizado" de progenitores divorciados. Se ha hecho miembro de la Asociación Vizcaina de Padres y Madres Separados y también está en contacto con La Terraza y la Plataforma por la igualdad y la custodia compartida de Euskadi, que el 14 de noviembre organizarán una caravana de coches por las principales ciudades del Estado, entre ellas Bilbao, para reivindicar el derecho de los hombres y mujeres a educar a los hijos en las mismas condiciones. El 5 de noviembre Crespo será uno de los muchos hombres que acudirán a una tienda de música para comprar el nuevo CD del cantante bilbaino Tontxu. Su último trabajo se titula En el nombre del padre y algunas de las canciones tratan sobre el desagradable proceso de su divorcio, en el que se ha encontrado con la dificultad de desarrollar su papel de padre soltero en las mismas condiciones que su ex pareja. Mientras tanto, Crespo sigue esperando a que salga la sentencia que establecerá el horario de visitas. Cuando vuelva a abrazar a la niña, volverá a sonreír, a pesar de que deberá explicarle, sin caer en el juego de su mujer, porqué no se han visto en dos meses.
Padres separados Educar entre dos "Hasta ahora, cuando los tribunales han aprobado un régimen de custodia compartida para el padre y la madre ha obedecido, normalmente, al hecho de que ambos progenitores lo han planteado de común acuerdo, y el tribunal ha valorado que con dicho acuerdo no se perjudicaba la estabilidad del menor", recuerda Ángela Alemany, la presidenta de la asociación mujeres juristas Themis, quien asegura que "hay que tener en cuenta que el régimen de custodia compartida es excepcional, ya que debe existir una muy buena disposición de la ex pareja a la comunicación entre ambos para que el menor no sufra. Sin embargo, la realidad se impone y vemos que, en general, las tensiones impiden esa comunicación fluida", por lo que la asociación no acoge de agrado la opción de custodia compartida si sólo uno de los progenitores la solicita. No obstante, asociaciones pro custodia compartida se preguntan si el resentimiento o el malestar de una de las partes debe ser motivo suficiente para no contemplar esa opción, en vez de intentar aliviar esas tensiones poco a poco e intentar que prime, finalmente, la educación entre dos. >g. forner

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