lunes, 15 de diciembre de 2008

Derecho al pataleo

Hoy en día, en pleno siglo XXI, es muy habitual oír frases de nuestros mayores del tipo: "los jóvenes de hoy en día no aguantáis nada, a la primera crisis os separáis", y, aunque ninguna generalidad es de absoluta certeza, lo cierto es que las separaciones matrimoniales, los divorcios (o los ceses de la convivencia conyugal), se multiplican exponencialmente año tras año. Yo soy una de esas personas afectadas por el virus del divorcio. Nos casamos en el año 2002, tuvimos nuestros momentos lindos y nuestros momentos duros, destacando por encima de todo las dos hijas que tenemos, que es lo mejor que nos ha pasado a los dos. Pero desde hace unos tres meses, junto a mi pareja, estamos tramitando el divorcio, de hecho, hace más de diez días debería haberse celebrado (que término tan poco apropiado) la vista oral para dictar las medidas provisionales, pero, llegado ese día, ni apareció la persona con la que he compartido 10 años de mi vida, ni aparecieron nuestras hijas, de 5 y 3 años. Estaban en un punto de la península y no regresarían, ni para el juicio, ni para seguir su curso escolar, ni para seguir viviendo en Mallorca, hasta que un juez así lo dictase. Junto a mi abogada, pusimos la denuncia pertinente, por presunta sustracción de menores. Hace ya casi dos semanas desde que puse esa denuncia, sin embargo, aún no he recibido ninguna noticia al respecto, de hecho, mi abogada dice que será muy complicado que haya una resolución antes de las fiestas de Navidad. Entonces, ¿Me tengo que quedar sin ver a mis hijas en esas fechas tan familiares porque al otro progenitor así le apetezca? ¿Es eso justo? ¿Es esta la justicia que nos merecemos? Paciencia. Paciencia es la palabra favorita de la gente que me rodea en estos días. Paciencia es lo único que me queda. Y el derecho de pataleo (...).
Toni García Manacor.

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